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Reportaje Huesped

Dominicano perdió la vida mientras intentaba reencontrarse con su hija en EEUU

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Reencontrase con su pequeña hija de 11 años de edad, fue lo que llevó a Wilson Reynoso Vega a iniciar un viaje que le costaría la vida.

El dominicano voló el mes pasado de Santo Domingo hasta Toronto, en Canadá, para iniciar su camino hacia la frontera entre Quebec y Nueva York, para llegar así hasta Philadelphia, donde vivía la niña con su madre.

Sus amigos y conocidos cuentan la estrecha relación que existía entre el joven de 32 años y su hija, la cual a pesar de la distancia, nunca mermó.

“Él hablaba con ella a menudo y se mantuvo en contacto con ella a través de chats de video regulares. A veces mezclaba su imagen con las fotos que publicaba de sí mismo en Facebook, como si los dos ya estuvieran reunidos”.

Para lograr hacer realidad su sueño, y poder hacerse fotos reales con su pequeña, supuestamente el joven le habría pagado a un contrabandista para que lo ayudara a ingresar a los Estados Unidos.

Pero las cosas no salieron tal lo planeado, y Reynoso no pudo lograr su objetivo. Según versiones de las autoridades canadienses, en su periplo hacia la frontera con Nueva York el dominicano se desorientó en los bosques fríos, oscuros y pantanosos de ese país y se ahogó.

Su cuerpo aún permanece en Montreal porque sus familiares en la República Dominicana no cuentan con los recursos necesarios para repatriarlo.

Su entorno
En su ciudad natal Los Guaraguaos del distrito municipal de Villa Tapia en la provincia Duarte, amigos y familiares destacan las cualidades del joven. Dicen que este era conocido en todo el pueblo por sus calidades como cantante y por su fe cristiana.

“Aquí en la ciudad, él era como un alcalde, todo el mundo lo conocía y lo amaba”, dijo su hermano.

Dicen que la necesidad de reencontrarse con su hija, quien pasó los primeros años de su vida en el país, antes de mudarse con su madre hacia los Estados Unidos, le hizo emprender el funesto viaje.

“Durante años, desde que su hija se fue, él había querido ir a los Estados Unidos”, dijo su hermano.

Tras ser rechazada su solicitud de visa de turista en la embajada de los Estados Unidos en el país, Reynoso decidió intentarlo en la embajada canadiense, logrando así llegar hasta Toronto.

Según versiones, el joven esperaba que con el sello de ese viaje se le facilitaran las condiciones para ingresar a los Estados Unidos. Otros dicen que nunca volvió a intentarlo y decidió pagar la suma de tres mil quinientos dólares (3,500) a dos contrabandistas para cruzar la frontera entre Quebec y Nueva York ilegalmente y llegar hasta su hija.

¡Sería fácil llegar!
Lo llevaron a creer que “era tan fácil”, según dijo Andrew Burzminski, un amigo en Toronto, según la reseña de The Whashington Post.

Burzminski dijo que los contrabandistas planeaban llevar a un grupo de una docena de hombres a la frontera y les dijo que alguien los recogería del lado de los Estados Unidos.

“Había dos kilómetros que tenían que caminar solos”, dijo Burzminski. “Los dejaron y dijeron: ‘Sigan derecho’”.

El grupo parece haberse abierto paso en la noche del 15 de abril a través de los bosques pantanosos en la costa noroeste del lago Champlain cuando las temperaturas bajaron hasta congelarse. En algún momento, Reynoso se desorientó y se separó del grupo.

Los otros miembros del grupo, todos mexicanos, dijeron más tarde que algo andaba mal con sus piernas, según Ariel Pérez, un primo.

“Cada noche, pienso en eso”, dijo Pérez. “Algunas personas, cuando se asustan, tiemblan las piernas, no pueden caminar”.

Eric Boyse creció en la zona y todavía vive cerca. Él dice que los lugareños consideran el pantano boscoso una “tierra de nadie”.

“Ninguno de nosotros se atrevería a arriesgarse a caminar por esa zona”, dijo Boyse, de 72 años. “Es muy esponjoso. Entras allí, es casi como unas arenas movedizas. Es obvio que no tenían ni idea”.

Los otros hombres, sin Reynoso, cruzaron la frontera cerca de Rouses Point, Nueva York, fríos y empapados, y fueron arrestados de inmediato. Reportaron al joven como desaparecido.

Las autoridades a ambos lados de la frontera lanzaron una búsqueda por helicóptero y vehículo todo terreno. El cuerpo de Reynoso fue encontrado en el lado canadiense al día siguiente. Se determinó que la causa de la muerte fue que se ahogó.

Burzminski, el amigo de Reynoso en Toronto, identificó el cuerpo. Dijo que el forense le dijo que el joven había sufrido de hipotermia durante horas antes de morir.

“Él no sabía su izquierda o su derecha”, dijo Burzminski. “Probablemente ya no pudo levantar la cara, y simplemente se bajó, y unos 30 o 40 centímetros de agua fueron suficientes para ahogarse”.

Burzminski dijo que Reynoso fue encontrado con botas de goma en sus manos. Los familiares y amigos dijeron que creen que estaba gateando e incapaz de avanzar en el espeso barro. La policía dijo que se había estado moviendo en un círculo.

Las autoridades estadounidenses han arrestado a un hombre ecuatoriano en el caso.

El hombre dijo a los investigadores que le ofrecieron 600 dólares para recoger a personas en Rouses Point, dijeron los investigadores en una denuncia penal.

Boyse dijo que otros murieron en la zona fronteriza, pero que nunca ha visto informes en los medios locales.

Se pierden y se congelan en el bosque”, dijo.

Cientos de la República Dominicana y Canadá han escrito homenajes a Reynoso en las redes sociales.

El cuerpo de Reynoso permanece en Montreal, dijo Pérez, porque la familia no puede pagar los miles de dólares necesarios para repatriarlo. Su madre ha sido hospitalizada, dijo Pérez.

“Mi mamá está destruida”, dijo el hermano de Reynoso. “Ella ni siquiera puede hablar”.

DIario Libre

Reportaje Huesped

Iglesias fueron exoneradas de casi RD$300 millones en impuestos por vehículos

LISTÍN DIARIO: En los últimos cuatro años, importaron más de RD$713 millones en unidades, incluyendo modelos de lujo, sin pagar impuestos gracias a un régimen fiscal vigente

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Más allá de la creencia generalizada de que las exoneraciones fiscales para la importación de vehículos benefician principalmente a funcionarios públicos, legisladores, diplomáticos o grandes concesionarios, los datos oficiales revelan una realidad menos visible pero igualmente significativa: las iglesias figuran entre los sectores con mayor acceso a este tipo de privilegio tributario en la República Dominicana.

Entre 2020 y 2024, diversas congregaciones religiosas importaron cientos de vehículos —incluidos modelos de lujo— sin pagar un solo centavo en impuestos, amparadas en un régimen fiscal que ha permanecido prácticamente inalterado por décadas.

De acuerdo con registros de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), analizados por el periódico Listín Diario, las instituciones religiosas adquirieron vehículos por un valor superior a RD$713 millones durante ese período, lo que implicó una pérdida fiscal de RD$294,746,725.31 en concepto de impuestos aduanales e internos cuya cifra representa una merma significativa para las finanzas públicas, especialmente en un contexto donde se debaten posibles reformas fiscales y la necesidad de racionalizar el gasto del Estado.

El marco legal que sustenta estas exoneraciones es el Concordato entre la Santa Sede y el Estado dominicano, firmado en 1954. Este acuerdo otorga a la Iglesia Católica —y, por extensión, mediante decisiones administrativas, a otras denominaciones religiosas— beneficios fiscales para la adquisición de bienes vinculados a su labor espiritual, educativa y comunitaria. Sin embargo, el uso actual de estas prerrogativas plantea dudas sobre su alineación con ese propósito original.

Durante el período analizado, decenas de entidades religiosas hicieron uso de este mecanismo. La Iglesia de Dios Inc. lideró la lista con 58 vehículos importados, seguida por la Unión Asociación Dominicana de los Adventistas del Séptimo Día, con 56 unidades.

También figuran el Obispado de San Francisco de Macorís (12 vehículos), el Obispado de Santo Domingo (6), así como el Instituto Politécnico Loyola y la Compañía de Jesús, con entre dos y cuatro unidades cada una.

Mientras que la Iglesia Católica se beneficia directamente del Concordato de 1954, las iglesias evangélicas gestionan sus exoneraciones a través del Servicio Social de Iglesias Dominicanas (SSID), conforme a lo dispuesto en la resolución 5941. La entidad, reconocida oficialmente por el Estado dominicano, es la encargada de tramitar las solicitudes de exoneración de impuestos aduanales en nombre de las congregaciones evangélicas.

El procedimiento está regulado por la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE-RD) y requiere que el SSID participe en varias etapas del proceso, desde la validación inicial hasta la coordinación con las autoridades aduaneras. A través de este mecanismo, decenas de iglesias no católicas acceden cada año al beneficio de importar vehículos sin pagar impuestos, bajo el supuesto de que serán utilizados en funciones pastorales, sociales o comunitarias.

Datos importadores
En el siguiente cuadro puede visualizar los datos de todos los importadores que trajeron vehículos con exoneraciones bajo las disposiciones de iglesia católica o evangélica.

En caso de no poder verlo, puede presionar aquí.

Empresas privadas detrás de exoneraciones sin fines de lucro
Aunque en teoría las exoneraciones son solicitadas por las instituciones religiosas, en la práctica, la mayoría de los vehículos aparece a nombre de concesionarios privados. Delta Comercial S.A., por ejemplo, figura como el principal proveedor, con 185 unidades vendidas a iglesias, superando incluso a las propias entidades religiosas en número de registros.

Este hecho revela fallas estructurales en el sistema de control estatal. Idealmente, las listas deberían estar encabezadas por las instituciones religiosas que gestionan directamente las exoneraciones, y no por intermediarios comerciales. Esta situación evidencia la necesidad de que el Estado depure los registros, identifique a los beneficiarios reales y determine con claridad el uso final de los vehículos importados.

A ello se suma la ausencia de auditorías públicas y mecanismos de verificación efectivos. No hay constancia de que las autoridades fiscales realicen inspecciones sistemáticas para confirmar que los vehículos se utilizan en actividades religiosas, educativas o sociales, como establece el marco legal. Este vacío en la supervisión ha permitido que el régimen de exenciones evolucione hacia un mecanismo de consumo privilegiado, más que un verdadero instrumento de apoyo comunitario.

Lujo sin justificación
La naturaleza de los vehículos importados refuerza esta percepción. Entre las unidades figuran modelos de alta gama como el BMW X7, Mercedes-Benz GLE 350, Volvo XC90, Lincoln Corsair y diversos todoterrenos Jeep, con precios que superan los tres millones de pesos. Aunque también se registran vehículos de trabajo como camionetas Toyota Hilux, SUV Honda CR-V y minibuses Toyota Hiace, la creciente presencia de modelos recientes —incluso de los años 2024 y 2025— sugiere un patrón de renovación de flota alejado del perfil de necesidad básica.

Este escenario plantea un dilema para la administración pública.

El régimen vigente —legítimo en su origen— carece hoy de filtros actualizados o criterios diferenciados que permitan evaluar la pertinencia de cada exoneración. Como resultado, ha perdido su orientación original y se ha convertido en un instrumento vulnerable al uso indebido.

Hacia un régimen más transparente
Más que eliminar los incentivos fiscales para las instituciones religiosas, el reto consiste en reformarlos y fiscalizarlos con rigor para que cumplan su propósito. Es fundamental establecer un registro público de beneficiarios, definir criterios objetivos de elegibilidad y aplicar auditorías periódicas.

Estas medidas permitirían garantizar un uso responsable de los recursos fiscales y restaurar la integridad del sistema tributario.

El actual esquema ha derivado en una pérdida fiscal multimillonaria sin una justificación clara en términos de retorno social. Ante esta realidad, urge avanzar hacia un sistema más transparente, equitativo y funcional, que limite el privilegio y priorice el verdadero interés público.

¿Cómo lo hicimos?
A través de una solicitud por libre acceso a la información pública realizada a la Dirección General de Aduanas (DGA) obtuvimos una base de datos que contiene todos los detalles sobre las importaciones de vehículos al país que aplicaban para alguna exención fiscal.

Limpiamos, organizamos, extrajimos y analizamos todos los datos que contenía el dataset, permitiendo luego encontrar esta y el resto de las historias que agrupan esta serie de trabajos.

Si desea acceder a la base de datos completa, puede presionar aquí o escribir a nuestro periodista de datos paul.mathiasen@listindiario.com para cualquier información relacionada.

En caso de querer manipular los datos o hacer búsquedas más exactas, recomendamos descargar el archivo y abrirlo con un programa compatible.

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Reportaje Huesped

¿Dónde estoy? Roberto Rodríguez regresa con la marca país ‘Super Semana Santa’

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El veterano locutor Roberto Rodríguez cuando ofrecía declaraciones a la periodista Ynmaculada Cruz Hierro (Foto: Jorge Martínez/Listín Diario)

Roberto Rodríguez es la voz que ha acompañado por décadas a miles de dominicanos durante los días de esparcimientos de la Semana Mayor, con su tradicional operativo “Super Semana Santa”, que arriba a sus 38 años.

Fue en 1987, cuando el dueño del consorcio radial del Grupo Medrano, Juan Heriberto (Cuqui) Medrano Basora, por la iniciativa de Roberto Rodríguez se dio inicio a la campaña informativa más impactante de todos los tiempos, convirtiéndose en un patrón programático para otras cadenas radiales.

Su carnet de locutor es el número 3223, que obtuvo luego de riguroso examen que recibió en la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía.

Era agosto de 1978 y Roberto daba inicio, oficialmente, a una carrera en la radio que marcaría generaciones, no solo por su elegancia y don del buen hablar, sino por su trabajo como comunitario en la provincia de La Vega, en donde gracias a su trabajo fue parte del crecimiento de las estaciones de radio del Grupo Medrano, del desarrollo y expansión del Carnaval Vegano y su impronta más importante, el operativo “Super Semana Santa”.

A la radio llega con 14 años, gracias a su amigo Domingo Cruz, a aprender de los expertos, en Radio La Vega, y es que desde niño no había palo de escoba o de cualquier otra cosa que le pareciera un micrófono y que Roberto no se pusiera a jugar imitando a ser locutor, reseña la periodista Ymmaculada Cruz, del Listín Diario.

No había otro juego que le agradara más que imaginar que hablaba a través de un micrófono.

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